La Casita Cinéfila lleva cuatro años desde su creación. Nació de la iniciativa de un grupo de amigos que buscaban un espacio para proyectar películas, analizarlas, opinar libremente y, sobre todo, crear el hábito de reflexionar sobre las producciones audiovisuales desde una perspectiva social, cultural y política, siempre en un ambiente de respeto por la opinión del otro.

En la ciudad de Mocoa contamos con una gran ventaja: la disponibilidad de espacios para realizar proyecciones. Entre ellos están la antigua Casa de la Cultura —hoy Auditorio de Intercultura—, algunas casas de familia que nos permiten crear nuestro propio ambiente cinematográfico, y espacios institucionales como la Casona de la Gobernación. Además, de manera recurrente utilizamos bares y centros nocturnos que nos facilitan sus instalaciones, especialmente durante el Ciclo de Cine Rosa que realizamos cada mes de junio. Estos lugares se han convertido en zonas seguras donde las familias pueden disfrutar de producciones cinematográficas y vivir una experiencia distinta a la de una sala de cine convencional. cabe señalar que Mocoa cuenta con una sala de cine comercial en el Centro Comercial Normandía. Sin embargo, no hemos establecido alianzas con ellos, ya que su uso podría implicar costos que están fuera de nuestro alcance actual.

Nuestro público es, en su mayoría, adulto; sin embargo, durante el Ciclo de Cine Rosa hemos tenido asistencia de un público familiar y diverso, donde participan niños, niñas, adolescentes y adultos, siempre garantizando el acompañamiento de una persona adulta responsable cuando la película lo requiere. Para estas actividades cuidamos con especial atención la selección de los filmes, procurando que la programación sea apropiada para la audiencia. En general, quienes asistimos a la Casita Cinéfila somos personas adultas con distintas profesiones y formas de pensar, unidas por el respeto mutuo y el amor por el cine.

Uno de nuestros principales retos ha sido la gestión de espacios adecuados para la proyección. Desde los inicios del cineclub hemos recurrido a las casas de las y los integrantes fundadores, donde contamos con los equipos necesarios, implementando un sistema rotativo que nos ha llevado a diferentes barrios e incluso a veredas. Para el Ciclo de Cine Rosa contamos durante dos años con el acompañamiento de Índigo, un bar diverso que se convirtió en un espacio seguro para la población LGBTI y la comunidad en general. En la actualidad hemos encontrado un nuevo aliado con características similares: Kamelot, una discoteca que ha reafirmado su compromiso con la creación de espacios seguros para la población LGBTI y que nos apoyó en la proyección de este año 2025.

Si bien la Casita Cinéfila inició como un espacio orientado a personas de la población diversa LGBTI, con el tiempo se ha abierto a todo tipo de públicos. En nuestros espacios convergen personas con perfiles muy diversos, en su mayoría profesionales de distintas áreas, que se han sumado a la iniciativa por el gusto y el interés en el cine. En nuestro cineclub no es un requisito ser experto en cinematografía: simplemente vemos, analizamos, pensamos y opinamos desde diferentes miradas. Este proceso inició con Lucía Andrade Manjarrés abogada; y David Enríquez, artista audiovisual. Asimismo,  se cuenta con el apoyo de Laura Badillo, historiadora, Julián Acosta, Eliana Morales,  Danilo, entre otros, quienes enriquecen con su conocimiento nuestras discusiones y proyecciones.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *